Algunas personas tienden a autolesionarse y son incomprendidas y estigmatizadas por este hecho, incluso a veces acusadas de querer llamar la atención de los demás a través de este acto.
Por difícil que parezca de entender, en realidad, las autolesiones son un recurso al que estas personas acuden para poder aliviar su malestar emocional. Debido a que sus sentimientos les desbordan y no son capaces de gestionarlos y sentirse posteriormente aliviados, recurren al daño físico como vía de escape a ese dolor emocional. El dolor físico es mucho más fácil de controlar y sanar para estas personas que el dolor emocional, así pues es una manera de extraer el dolor interno y sentir más control sobre él.
Este tipo de acto es más frecuente en población que ha sufrido malos tratos o abuso sexual infantil,, casos de negligencia física o emocional, o situaciones en las que la persona se ha invalidado a la persona y su seguridad se ha visto amenazada.
Así pues, es necesario que en casos de autolesiones se intervenga y se le proporcione a la persona otros recursos para poder canalizar su dolor emocional de un modo seguro, no poniendo en peligro su bienestar.