Son muchas las personas que practicando deporte, ya sea a nivel amateur, profesional u olímpico, sufren de bloqueos (problemas de rendimiento deportivo repetitivos), desánimo y/o ansiedad, generándoles dificultad para rendir adecuadamente, lograr sus metas o disfrutar de algo que tanto les gusta.

Muchos de ellos habrán probado de sobreponerse a estas dificultades exigiéndose más, entrenando más duro, invirtiendo más horas… consiguiendo solo desgastarse más emocionalmente, aumentar su frustración e incluso reforzar más los bloqueos o miedos.

Tradicionalmente la psicología deportiva o la psicología aplicada en otros ámbitos profesionales, se ha centrado mucho en proporcionar técnicas para que la persona, a nivel consciente y de forma voluntaria, pueda manejar la sintomatología (miedo, ansiedad, bloqueo, desánimo…) y mejora del rendimiento, por ejemplo enseñándoles a generar un diálogo interno positivo, visualizaciones positivas, ejercicios de relajación, exposición progresiva, etc…

Estos recursos han podido funcionar durante un tiempo, pero muchas veces, o no han sido suficiente para resolver el problema o durante un tiempo han funcionado para gestionarlo mejor, pero a la larga el problema ha vuelto a aflorar o sobrepasarles. El motivo por el cual esto sucede, es porque el tratamiento se ha orientado en el manejo de los síntomas (problemas) olvidando que estos son la consecuencia de algo anterior, experiencias previas que nuestro cerebro y cuerpo no han procesado adecuadamente.

Nuestra mente y nuestro cuerpo están estrechamente ligados, lo que ocurre en el cuerpo lo recibe y es representado en nuestro cerebro y lo que percibe o activa nuestro cerebro es transmitido a nuestro cuerpo. Así pues, todo lo que vamos viviendo a lo largo de nuestra vida queda registrado, de modo consciente (explícito) o inconsciente (implícito) en nuestro cuerpo y mente. Cuando vivimos experiencias dolorosas o traumáticas, a menudo nuestro cerebro no puede procesarlas bien y al quedar bloqueadas en nuestra red de memoria se vuelven a activar cada vez que nos sentimos expuestos a situaciones similares. Es entonces, cuando respondemos con mecanismos instintivos y reflejos de supervivencia, los mismos o similares a cuando lo vivimos por primera vez, cuando nos sobrepasó y se quedó bloqueado en nuestro interior por no poderlo gestionar adecuadamente, normalmente por falta de  apoyo, comprensión, validación o protección.

Los atletas, y lo mismo podemos aplicar a los artistas (músicos, actores, cantantes…) y otros profesionales, a lo largo de su carrera se ven sometidos a mucha presión y exigencia externa, además de multitud de situaciones que suponen una amenaza como son lesiones, golpes, cirugías…no solo para su integridad física sino también emocional, puesto que puede suponer dejar de competir un tiempo, bajar de categoría o incluso dejar de jugar ejercer. A su vez, el deportista, artista o profesional, también tiene una historia anterior a su carrera que también le habrá condicionado su funcionamiento. Todos estos factores no pueden ser ignorados a la hora de abordar el problema, pues son el motivo de este.

Las técnicas de neurorprocesamiento (como EMDR y Brainspotting entre otras), aquellas que tienen en cuenta no solo la parte cognitiva sino también la emocional y somática (corporal), ayudan a resolver estos problemas; bloqueos, miedos, ansiedad, mejora del rendimiento…, en el desempeño del deporte o de cualquier profesión, llegando a un nivel del curación profundo y definitivo, que les permitirá dar el máximo de su potencial y a su vez disfrutar de lo que están haciendo.