sensaciones-corporales-desagradables“El cuerpo tiene sus razones que la razón no puede razonar”.
Pascal.

Todos en algún momento hemos experimentado sensaciones corporales desagradables que hemos intentado evitar sentir. Un nudo en la garganta, un puño en el estómago, una presión en el pecho, el estómago revuelto, presión en la cabeza, cosquilleo en la boca, falta de aire…y podría seguir con muchas otras variantes.

Algunas veces sabemos perfectamente cómo evitar que se desencadenen esas sensaciones corporales desagradables, quizás cambiando esa canción que suena y nos recuerdan a nuestro última pareja, evitando aquel lugar dónde tuvimos un accidente, no hablando de temas médicos que nos recuerdan a la enfermedad que tuvimos, o quizás evitamos ver fotos o hablar de alguien que falleció…. Otras veces, esas sensaciones se activan sin que nosotros sepamos qué la ha provocado o qué sentido tienen, normalmente cuando esto pasa nos genera más angustia al sentir que no podemos entenderlas, evitarlas y controlarlas.

Los humanos estamos preparados para vivir eventos dolorosos y procesar experiencias traumáticas sin quedarnos atascados en estas o lo que es lo mismo traumatizados. Aún así, cuando experimentamos vivencias de este tipo, nuestra tendencia es evitar sentir las sensaciones corporales desagradables que nos generan. Mentalmente podemos separarnos de esos sentimientos o sensaciones (nos disociamos), pero físicamente la energía y sensación de esa vivencia dolorosa queda bloqueada y aunque a veces podamos evitar que esas sensaciones se activen no vamos a eliminarlas por mucho que las evitemos.

Lo que realmente es útil es no escondernos o luchar contra las sensaciones y sentimientos dolorosos, al contrario, cuanto más las evitemos más poder tendrán sobre nosotros. Tendremos que defendernos, evitarlas y controlarlas más cada vez para evitar que emerjan. Sin embargo, si nos permitimos “sentir lo que no ha sido sentido” permitiremos que la energía se desbloquee y se libere de nuestro cuerpo definitivamente.

Por este motivo es importante trabajar con el el cuerpo y las sensaciones dentro del proceso psicoterapéutico y no solo limitarnos a la narrativa del tema que nos preocupa. Todas las psicoterapias que no dejen al margen la parte somatosensorial nos brindarán un resultado más rápido, positivo y completo.