Biofeedback HRV

Variabilidad de la frecuencia cardíaca

El biofeedback o bioretroalimentación es una técnica que se utiliza para aprender a controlar las funciones fisiológicas del organismo a través de tecnología. La tecnología nos informa del estado de la función en concreto que intentamos controlar voluntariamente y nos da la oportunidad de modificarlo.

Uno de los tipos de biofeedback que podemos obtener es el HRV o patrón de variabilidad de la frecuencia cardíaca. El objetivo es lograr una coherencia cardíaca y se consigue a través de la respiración, la cual modula el ritmo cardíaco. El resultado es un estado de armonía entre nuestra mente, cuerpo y emociones y un aumento de nuestra resiliencia (capacidad para prepararse y adaptarse, manejar y recuperarse de una situación de estrés o adversidad).

De la misma manera que nuestro cerebro envía señales a nuestro corazón ocurre de manera inversa. De hecho, se ha demostrado científicamente que es el corazón quién envía mayor cantidad de señales al cerebro teniendo un efecto importante en sus funciones. Así pues, el corazón influye en los procesos emocionales y capacidades cognitivas superiores, como la atención, memoria, percepción y resolución de problemas.

Cuando presentamos un patrón ordenado y estable de ritmo cardíaco (lo que suele pasar en los estados emocionales positivos), estamos estables emocionalmente y nuestras funciones cognitivas responden adecuadamente, reforzando así los sentimientos positivos. Siguiendo esta explicación, cuánto más aprendamos a generar una mayor coherencia del ritmo cardíaco más beneficiaremos nuestro cuerpo y nos mantendremos en emociones más positivas; nuestra manera de percibir, sentir, pensar y actuar se verá afectada positivamente.

Al contrario ocurre cuando estamos estresados o sentimos emociones negativas, el patrón del ritmo cardíaco es desordenado y las señales neuronales que van del corazón al cerebro inhiben las funciones cognitivas superiores. Es por este motivo que a veces actuamos de forma impulsiva bajo este estado, no pensamos claramente, nos cuesta recordar, razonar, aprender y tomar decisiones acertadas. A su vez, el mensaje que devuelve el cerebro al corazón genera que se refuerce el estrés. De ahí que nos cuente tanto controlarnos y responder de manera adecuada. Salir de este estado nos tomará un tiempo y esfuerzo.

 

A diferencia de lo que podamos pensar, el ritmo de un corazón sano, incluso en reposo, es irregular, el tiempo entre latidos cambia constantemente. Esta variación de latido es la variabilidad de frecuencia cardíaca y se debe a la acción de las dos ramas del sistema nervioso autónomo (simpática y parasimpática), la que regula la mayor parte de las funciones internas del organismo. Los nervios simpáticos actúan para acelerar la frecuencia cardíaca, mientras que los nervios parasimpáticos lo ralentizan. Ambas interactúan constantemente para mantener la actividad cardiovascular adecuada y permitir responder adecuadamente al entrono. Así que el biofeedback HRV (variabilidad de la frecuencia cardíaca) nos sirve para equilibrar el sistema nervioso autónomo cuando presenta una irregularidad.

Puesto que los patrones de respiración modulan el ritmo cardíaco, es posible generar un ritmo cardiaco coherente respirando de forma lenta y regular en 10 segundos (5 segundos en la inhalación y 5 segundos en la exhalación). Respirar de esta manera inicia un cambio en el estado emocional estresante y va a generar una mayor coherencia, pero para muchas personas puede ser difícil de mantener por el esfuerzo mental que supone. Sin embargo, con tecnología de biofeedback HRV nos es más fácil mantener la atención centrada en la respiración a través de estímulos visuales y auditivos, que nos indican nuestro nivel de coherencia y el ritmo de respiración adecuado.

Investigaciones han demostrado que la generación de emociones positivas sostenidas facilita un cambio en todo el cuerpo a un estado medible científicamente. Por eso, a este estado le llaman coherencia psicofisiológica, hay un orden en nuestros procesos psicológicos y fisiológicos. La coherencia psicofisiológica se traduce en que nuestros sistemas fisiológicos funcionan de manera más eficiente; nuestro cuerpo y cerebro funcionan mejor, nos sentimos mejor y tenemos un mejor rendimiento.

En definitiva, la tecnología de biofeedback HRV nos indica con un patrón de ondas la variabilidad de la frecuencia cardíaca y nuestro estado de coherencia psicofisiológica. Si entrenamos nuestra capacidad de estar en un ritmo cardíaco coherente, nuestro cuerpo y nuestra mente se beneficiarán y seremos capaces de gestionar mejor el estrés emocional, seremos más resilientes. Sin olvidar otros beneficios como la reducción de ansiedad, depresión, TDAH, TEPT, insomnio, agresividad, dolores de cabeza, palpitaciones… y aumento de las capacidades cognitivas y sentimientos positivos, salud fícia, gestión emocional…