El Mindfulness es un estado de atención plena o conciencia plena que facilita el autodescubrimiento de la persona y que a su vez permite activar el procesamiento intrínseco emocional del cerebro. El estado de conciencia plena nos permite descubrir nuestro sistema de creencias y hábitos, que al fin y al cabo son los que configuran nuestro funcionamiento y consecuentemente nuestro malestar actual.
El estado de Mindfulness se consigue mediante el entrenamiento y la relación terapéutica, surge gracias a la sintonía entre paciente y terapeuta que permite a la persona acceder y sentir su experiencia somática o corporal. Este proceso activa las funciones del hemisferio derecho, es decir, la experiencia afectiva, corporal, memoria emocional implícita y comunicación no verbal. Así pues, se consigue dejar al margen las funciones del hemisferio izquierdo que tienen que ver con la parte más analítica, cognitiva y crítica, las cuales apoyarán el procesamiento cuando sea necesario.
El estado de Mindfulness consiste en poner una atención cuidadosa y sin juicios sobre lo que se siente en el cuerpo, lo que se llama poner atención a la sensación sentida, a partir de una problemática emocional o recuerdo doloroso. Con el apoyo del terapeuta se consigue aumentar la energía allí donde ponemos la atención y así desarrollar de nuevo esa experiencia que quedo anteriormente sin resolver y reprocesarla de manera adecuada.